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¿Qué pasa si tengo cálculos en los riñones?
Los cálculos renales, o piedras en los riñones, son formaciones sólidas que se desarrollan a partir de minerales y sales en la orina. Aunque algunas piedras pequeñas pueden pasar desapercibidas y ser expulsadas sin causar problemas, otras pueden generar síntomas dolorosos e incluso complicaciones graves si no se tratan. Comprender los efectos de los cálculos renales en el cuerpo y cuándo buscar atención médica es fundamental para evitar problemas de salud más serios. En este artículo, exploraremos los efectos inmediatos, posibles complicaciones y qué sucede cuando los cálculos se mueven o son expulsados.
Efectos inmediatos de los cálculos renales en el cuerpo
Los efectos de los cálculos renales pueden variar según su tamaño, composición y ubicación. A continuación, se describen los efectos inmediatos más comunes:
- Dolor intenso en la espalda y costado: Uno de los efectos más característicos de los cálculos renales es el dolor agudo y severo, conocido como cólico renal. Este dolor suele comenzar en la parte baja de la espalda y puede irradiarse hacia el abdomen o el área inguinal. Es común que el dolor cambie de lugar a medida que el cálculo se desplaza por el tracto urinario.
- Dolor al orinar: Si el cálculo se mueve hacia el uréter o la vejiga, puede causar dolor al orinar. Este síntoma es particularmente frecuente cuando las piedras están en áreas cercanas a la salida de la vejiga, generando una sensación de ardor o molestias.
- Orina turbia o maloliente: La presencia de cálculos en los riñones puede provocar que la orina se vuelva turbia y tenga un olor desagradable. Esto ocurre cuando los cálculos interfieren con el flujo de orina, permitiendo que se acumulen bacterias en el sistema urinario y favoreciendo infecciones.
- Hematuria (sangre en la orina): La sangre en la orina es un efecto común en personas con cálculos renales. Esto sucede cuando los cálculos causan pequeñas lesiones en el revestimiento del tracto urinario. La hematuria puede ser visible a simple vista o detectable únicamente a través de un análisis de orina.
- Micciones frecuentes y urgentes: Cuando un cálculo desciende hacia la vejiga, puede causar una necesidad frecuente y urgente de orinar, incluso si la cantidad de orina es mínima. Esta urgencia es un signo de que el cálculo se está moviendo y obstruye parcialmente el flujo de orina.
Complicaciones posibles de los cálculos renales no tratados
Aunque muchos cálculos pequeños pueden pasar sin causar complicaciones, los cálculos grandes o no tratados pueden generar problemas serios. A continuación, se presentan algunas de las complicaciones que pueden surgir si los cálculos renales no reciben tratamiento adecuado:
- Obstrucción urinaria: Cuando un cálculo bloquea el flujo de orina en el uréter o en el riñón, puede causar una obstrucción urinaria. Esta obstrucción aumenta la presión en los riñones y puede causar daños a largo plazo en el tejido renal si no se trata. Además, la obstrucción provoca dolor agudo y requiere intervención médica para liberar el bloqueo.
- Infección del tracto urinario (ITU): Los cálculos renales aumentan el riesgo de infecciones urinarias al interferir con el flujo de orina y permitir que las bacterias se acumulen en el sistema urinario. Las infecciones urinarias pueden progresar hacia los riñones, causando pielonefritis, una infección renal grave que, en casos extremos, puede llevar a una infección generalizada en el torrente sanguíneo, conocida como sepsis.
- Daño renal permanente: Si la obstrucción o la infección no se tratan, puede ocurrir daño permanente en los riñones. La presión constante en el riñón puede llevar a la cicatrización del tejido renal, lo que disminuye la capacidad de filtración y puede resultar en insuficiencia renal en casos graves. En situaciones severas, los pacientes pueden requerir diálisis o un trasplante de riñón.
- Cálculos coraliformes: Los cálculos de estruvita, también conocidos como cálculos coraliformes, pueden crecer y llenar gran parte del sistema de drenaje renal. Estos cálculos suelen estar asociados con infecciones urinarias crónicas y requieren tratamiento quirúrgico, ya que, si no se eliminan, pueden causar pérdida de la función renal.
- Hematuria persistente: La irritación constante en el tracto urinario causada por los cálculos puede provocar hematuria persistente. Si la hematuria no se controla, puede incrementar el riesgo de infecciones y llevar a un deterioro en el revestimiento del tracto urinario.
¿Qué sucede cuando los cálculos renales se mueven o son expulsados?
El movimiento y expulsión de los cálculos renales puede ser un proceso doloroso y, en algunos casos, liberador. Los cálculos pequeños suelen pasar de manera natural sin necesidad de intervención médica, mientras que los cálculos grandes pueden requerir tratamiento para ayudar a su expulsión. A continuación, se describen los efectos y lo que sucede cuando los cálculos se mueven o son expulsados:
- Dolor fluctuante: A medida que los cálculos se desplazan por el tracto urinario, el dolor puede cambiar de intensidad y ubicación. El dolor suele ser más severo cuando la piedra se mueve a través del uréter, ya que este es un conducto estrecho y las paredes se irritan al pasar la piedra.
- Expulsión natural: En muchos casos, los cálculos pequeños pueden ser expulsados del cuerpo a través de la orina sin problemas significativos. El proceso de expulsión puede durar de unos pocos días a semanas, dependiendo del tamaño de la piedra y de la cantidad de líquidos que consuma el paciente.
- Alivio de síntomas: Una vez que el cálculo ha sido expulsado, los síntomas generalmente desaparecen. El dolor se alivia, y la necesidad constante de orinar disminuye. Sin embargo, es importante realizar un seguimiento con el médico para asegurar que no queden piedras residuales que puedan causar problemas en el futuro.
- Métodos de ayuda para la expulsión: En algunos casos, los médicos pueden recomendar medicamentos que relajen los músculos del tracto urinario para facilitar la expulsión de los cálculos. Además, mantenerse bien hidratado y consumir líquidos ayuda a diluir la orina y facilita el movimiento de los cálculos hacia la vejiga.
Cuándo buscar atención médica si tienes cálculos renales
Saber cuándo es necesario buscar atención médica o una clínica de cálculo renal es crucial para evitar complicaciones graves. A continuación, se presentan situaciones en las que es fundamental consultar a un especialista:
- Dolor intenso que no mejora: Si el dolor es severo y no disminuye, es importante buscar ayuda médica. El dolor persistente puede indicar que el cálculo está obstruyendo el flujo de orina y podría causar daño renal si no se trata.
- Presencia de sangre en la orina: La hematuria visible o microscópica puede indicar que el cálculo está dañando el tracto urinario. La sangre en la orina requiere evaluación médica para descartar posibles infecciones y proteger la salud del tracto urinario.
- Fiebre, escalofríos y síntomas de infección: La fiebre y los escalofríos acompañados de dolor en el costado o espalda pueden indicar una infección renal. Esta situación es una emergencia médica, ya que la infección puede diseminarse rápidamente si no se trata.
- Náuseas y vómitos intensos: Si los síntomas te impiden beber líquidos, es importante consultar a un médico. La hidratación es esencial para facilitar la expulsión de los cálculos, y la falta de líquidos puede agravar la situación.
Conclusión
Los cálculos renales pueden causar dolor y molestias importantes, y su impacto en el cuerpo depende de su tamaño, composición y ubicación. Si bien algunos cálculos pequeños pueden pasar sin problemas, otros pueden causar complicaciones graves si no se tratan adecuadamente. Reconocer los síntomas, como el dolor en el costado, la sangre en la orina y las infecciones urinarias, es crucial para buscar atención médica a tiempo. Consultar a un especialista y realizar un seguimiento adecuado es fundamental para proteger la salud renal y evitar problemas a largo plazo.